Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en la adolescencia no se limitan únicamente a “problemas con la comida” o el peso. En realidad, reflejan una profunda dificultad para regular las emociones, la autoestima y la identidad, que a menudo se manifiesta a través de la relación con el cuerpo y la alimentación.
Te ayudamos a identificar sus síntomas y conductas asociadas, pero si sospechas que tú o algún familiar puede estar pasando por este problema es muy importante que contactes con un profesional.
En Kommit Psicología Montecarmelo te ayudamos a entender qué está pasando y a mantener una relación sana con la comida, tus emociones, tu autoestima y tu identidad.
En todos los casos, los TCA suponen un riesgo para la salud física y psicológica, y requieren de un abordaje profesional especializado, tanto para la persona afectada como para su entorno familiar.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son alteraciones psicológicas que afectan la manera en que una persona piensa, siente y actúa frente a la comida, el cuerpo y el peso. No se trata solo de un problema con la alimentación, sino de una forma de expresar y manejar el malestar emocional a través del control del peso y la comida.
Estos trastornos pueden implicar restricción en la ingesta de alimentos, atracones, evitación de alimentos y conductas compensatorias, cuya función es la idea de compensar comidas “prohibidas” o percibidas en exceso, y suelen acompañarse de una autoestima muy influida por la imagen corporal.
Los TCA pueden afectar a personas de cualquier edad, aunque son más frecuentes durante la adolescencia y en mujeres jóvenes, etapas en las que el cuerpo y la identidad están en pleno cambio. Sin embargo, cada vez se observa con más frecuencia en adultos y también en varones.
Los principales tipos de trastornos de la conducta alimentaria son:
Anorexia nerviosa: se caracteriza por una restricción importante de la comida, miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo.
·Bulimia nerviosa: aparecen episodios de atracones junto con las llamadas conductas compensatorias (vómitos, ejercicio excesivo, ayuno…) para “contrarrestar” dichos atracones.
Trastorno por atracón: aquí los atracones recurrentes se presentan sin conductas compensatorias, aunque sí que sigue presente la culpa, la vergüenza y el malestar emocional.
Trastorno de evitación o restricción de la ingesta (ARFID): dificultad para comer por falta de interés, miedo a atragantarse o rechazo a la textura o aspecto de los alimentos, sin que haya una preocupación por el peso o la figura.
Detectar un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes es fundamental, tanto para intervenir tempranamente como para ofrecer un tratamiento adecuado que ayude a la joven a recuperar la salud física y emocional. Muchos adolescentes no expresan directamente lo que sienten, por lo que los primeros indicios suelen observarse en comportamientos, emociones y hábitos relacionados con la comida, el peso y la imagen corporal.
Algunas señales frecuentes que pueden indicar la presencia de una TCA son:
Preocupación excesiva por la comida y el cuerpo que se manifiesta con pensamientos y comentarios recurrentes sobre ganar peso, las calorías de los alimentos, el ejercicio o las dientas. Estas preocupaciones van acompañadas de una comparación muy frecuente con el físico de otras adolescentes o influencers y modelos de redes sociales.
Cambios en la alimentación: Se evitan comidas y empiezan a aparecer alimentos “prohibidos” que se restringen de manera rígida. Esta relación con la comida puede tornarse en rituales muy estrictos sobre qué comer, cuándo comer y cómo comer que van acompañados de una ansiedad intensa. Además, estos periodos de restricción pueden alternarse con atracones de comida.
Cambios conductuales: Aparecen estos tipos de comportamientos:
o Conductas de comprobación que buscan verificar o vigilar el cuerpo y la apariencia: body ckecking (mirarse, medirse, tocarse de manera repetida), pesarse compulsivamente, revisar cómo queda la ropa, las fotos, etc.
o Conductas de control: Son aquellas que pretenden modificar el peso corporal o la ingesta: restringir alimentos, realizar dietas o ejercicios muy estrictos, utilizar laxantes o diuréticos…
o Conductas de compensación: Son utilizadas para neutralizar la ingesta de comida o la ansiedad generada por comer: inducirse el vómito, realizar ejercicio muy intenso después de atracones o comidas, ayunar, utilizar laxantes para compensar la comida….
o Conductas de evitación: Evitar reuniones, actividades, planes que impliquen relación con la comida.
Cambios emocionales: Aparece una fuerte sensación tristeza, irritabilidad y ansiedad frecuentes. Además, la autovaloración de sí misma pasa a estar muy vinculada con su apariencia física, lo que genera sentimientos de insuficiencia, culpa o vergüenza. La autocrítica intensa suele emerger ante estas emociones, lo cual hace todavía más difícil este trastorno.
Alteraciones físicas: Como consecuencia de todos estos cambios, el peso corporal cambia significativamente, acompañado de fatiga, mareos, caída del pelo o alteraciones menstruales, y también de problemas digestivos y dolores corporales.
Detectar a tiempo un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes es clave para intervenir de manera adecuada y acompañar al joven en su recuperación. A continuación, te mostramos algunas conductas y señales que pueden ayudar a identificar un posible TCA:
Niega estar siguiendo una dieta restrictiva o cambia sus hábitos alimentarios de forma repentina.
Rechaza las señales de hambre o come muy despacio.
Oculta los cambios de peso bajo ropa holgada.
Aumenta su interés por la comida de manera obsesiva, como cocinar para otros o buscar recetas en internet.
Evita comer con otras personas o situaciones sociales relacionadas con la alimentación.
Manifiesta comportamientos repetitivos u obsesivos, como rituales con la comida o limpieza excesiva.
Comienza a aislarse socialmente y muestra un estado de ánimo bajo o irritabilidad frecuente.
Realiza ejercicio físico excesivo o rígido y no permite saltarse su rutina.
Si reconoces varias de estas señales en tu hijo o hija, es recomendable consultar con un psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria en Montecarmelo. La intervención profesional temprana permite prevenir complicaciones físicas y emocionales y acompañar al adolescente en su recuperación, fomentando hábitos saludables, autoestima y bienestar emocional.
El apoyo del entorno es altamente beneficioso para la persona que está experimentando un trastorno alimentario. A veces, desde el lado de los padres es difícil saber cómo ayudar a tu hija/o en esta situación y puede acabar generándose una interacción en la que ella se cierre y tú acabes sintiendo que no llegas a tu hija. Existen algunas pautas que pueden ayudar a mejorar esta situación:
1. Ayudar no salvar: Sé consciente de que tu ayuda es importante, pero quien tiene que transitar estas emociones, cambiar sus conductas y reestablecer una nueva relación con la comida es tu hija/o. Tú puedes ayudarle, apoyarle, estar junto a ella/él, pero sé consciente que es ella quien da los pasos. Desde este enfoque será más fácil llevar la frustración y que no se sientan agobiados.
2. Escucha: Haz preguntas. No te apresures a buscar soluciones, deja que se exprese, que llore. Esto ayudará a que te perciba como un espacio seguro y dará pie a que sea ella quien acuda a ti para buscar soluciones.
3. Paciencia: No es fácil lidiar con todos los sentimientos, presiones, pensamientos que atraviesan durante este proceso. Quizás haya momentos en los que no quiera hablar o ser ayudado. El proceso se parece más a cultivar una planta y regar día a día que a una recompensa inmediata.
4. Mira detrás de esas conductas que menos entiendes: El TCA puede ser realmente difícil y frustrante para los familiares. Puedes ver en tu hija comportamientos que no entiendes (negar lo que hace, ocultarlo, aislarse…) y que invitan a pedirle explicaciones. Antes de eso pregúntate: “¿para qué está haciendo esto?”, “¿qué le está llevando a que esta conducta sea lo único que puede hacer?”. Estas preguntas puede ayudar a entender qué está viviendo y que sea más fácil empatizar.
5. Las amenazas no son una herramienta: En muchas ocasiones, los padres se sienten desesperanzados, frustrados y con miedo cuando ven que su hija no come. Es en estos momentos, cuando pueden aparecer frases como: “hasta que no termines la comida, no te levantas de la mesa”. En su lugar, existen otras frases que sirven como herramientas más potentes: “sé que es difícil para ti, estoy contigo”
En Kommit Psicología Montecarmelo, abordamos los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes y adultos mediante un enfoque integral, personalizado y basado en evidencia. Nuestro objetivo es ayudar a las personas a recuperar su bienestar emocional, establecer una relación con la comida y el cuerpo equilibrada y mejorar la autoestima con un aspecto central: eres mucho más que una imagen corporal.
Nuestro enfoque integral permite aunar diferentes componentes de las distintas corrientes psicológicas (terapia cognitivo-conductual, terapia interpersonal, terapia familiar) para abordar los aspectos clave de los trastornos de la conducta alimentaria teniendo como base los principios de la terapia de aceptación y compromiso (aceptación de emociones difíciles y desarrollo de nuevas conductas orientadas a valores personales):
1. Identificación y trabajo con pensamientos y creencias desadaptativas de una misma, el peso y la comida.
2. Trabajo con los padres como agentes activos para ayudar a restaurar la alimentación normal, reducir conductas de control/compensación y favorecer la autonomía del adolescente.
3. Trabajo familiar para modificar dinámicas disfuncionales y mejorar relación.
4. Mejorar habilidades interpersonales, resolver conflictos y reducir impuslividad asociada a la alimentación desadaptativa
5. Mejorar regulación emocional y orientar conductas con propósito de valorar.
6. Fomentar una autoimagen saludable y fortalecer la autoestima, apoyando al adolescente a valorarse como un todo y no solo por su cuerpo.
Si tú o tu hijo/a estáis viviendo dificultades relacionadas con la alimentación, no esperes más para pedir ayuda profesional. En Kommit Psicología Montecarmelo contamos con psicólogos especializados en trastornos de la conducta alimentaria, con experiencia en adolescentes y adultos.
Ofrecemos:
· Atención presencial en Montecarmelo (Fuencarral – El Pardo)
· Terapia online para mayor comodidad y flexibilidad